Como muchas empresas, el grupo
Parques Reunidos ha sufrido las consecuencias de las restricciones que se han impuesto por la Covid-19, como se puede leer en
El Español. La compañía cerró su último ejercicio fiscal con pérdidas obligando a su principal accionista Piolin Bidco (que tomó en 2019 el control de Parques Reunidos) a cambiar sus planes de negocio, que suponían un cambio estratégico para algunos de los parques. Se han aplazado algunas inversiones en novedades. De los tres principales parques madrileños, el que registra mayores números rojos en el último ejercicio fiscal es el
Parque de Atracciones de Madrid con 75,2 millones de euros de pérdidas aunque este dato es mejor que el del año anterior -sin Covid- cuando perdió 140,32 millones de euros (estas cifras parecen inverosimiles, superando los ingresos del parque, quizá por algún efecto contable). Las ventas en 2020 cayeron un 43 %, hasta los 19,85 millones de euros.
Parque Warner Madrid (el parque más visitado del grupo y uno de los más rentables) perdió 15,2 millones de euros frente a los 14,03 millones de euros obtenidos en 2019. Y el Zoo de Madrid registró unos números rojos de 2,3 millones de euros frente a los 3,7 millones de 2019.